“Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente”

Meditando el evangelio dominical con los niños.
¡Hola! que gusto poderte saludar por aquí. 😊 Este domingo recordamos el momento en el que Jesús va a Nazaret, la tierra donde se crio y no es muy bien recibido pues todas las personas comienzas a cuestionarse y murmurar muchas cosas de Él.
Te animo a que, si decides realizar la reflexión del evangelio con tus niños, te tomes el tiempo suficiente para meditar el evangelio que vas a enseñar (Marcos 6, 1 – 6). Entra en oración y pide la luz del Espíritu Santo, para que, por medio de su sabiduría, logres guiar a los niños a que descubran su mensaje.
PROPÓSITO: COMPRENDER EL DAÑO QUE HACE LA MURMURACIÓN Y NO DESANIMARNOS EN NUESTRA TAREA DE EVANGELIZACIÓN.
*Dinámica reflexiva – “¿Y ahora cómo lo arreglo?” *
Materiales:
- Plato y pasta dental
Desarrollo:
- El propósito de esta actividad, tiene como fin reflexionar acerca del daño que tiene el murmurar de los demás.
- Coloca el plato y la pasta dental en medio de todos y realiza las siguientes preguntas: ¿Qué son los objetos que hay en el medio? ¿Para qué los utilizamos? ¿Usas pasta dental? ¿De qué color es la que utilizas? ¿De qué otros colores has visto que existen? ¿A qué sabe? ¿Quieres ver de qué color es esta pasta dental?
- Abre la pasta y coloca gran cantidad de pasta en el plato. Es importante colocar mucha cantidad para que al momento de realizar la actividad cumpla su propósito.
- Hablen sobre el color, el aroma y consistencia de la pasta.
- “Muy bien, ahora es momento de regresarla a su lugar, ¿Alguien me ayuda a volverla a meter?”
- Da un tiempo determinado para que traten de regresar la pasta dental de nuevo a su recipiente.
- Preguntas para reflexionar: ¿Es difícil regresarla pasta? ¿Por qué? ¿Lograste regresarla por completo? ¿Quedó igual que antes?
Reflexión del evangelio:
Fue muy sencillo sacar la pasta de su recipiente, pero… ¿Regresarla? Creo que es una tarea muy complicada, incluso me parece imposible que vuelva a quedar de la misma manera que como estaba antes. Esto mismo sucede cuando nosotros murmuramos de otros, se nos hace muy fácil hablar mal de los demás, pero el daño que hace es terrible y no lo podremos reparar fácilmente. Las palabras no las podremos regresar o borrar, por ello es muy importante que ni siquiera tengan la oportunidad de salir. El día de hoy, en el evangelio, vemos como hay algunas personas que murmuran cosas de Jesús, lo cual hacen que Jesús se sienta rechazado y quiera salir de ese lugar. ¿Te gustaría saber quiénes lo hicieron sentir así? ¿Qué era lo que decían? ¿Cómo se sintió Jesús? ¿En qué lugar sucedió? Para conocer estas respuestas, pon mucha atención en el evangelio de hoy, abre tu corazón y disponte a escuchar con atención lo que hoy Jesús nos quiere enseñar.
Es momento de introducir el evangelio dominical, AQUÍ te dejo una opción de cómo puedes introducir el evangelio. Te animo a que puedas hacer ademanes exagerados, mímica y gesticulaciones que llamen la atención de los niños, así como preguntas durante el evangelio, para así seguir manteniendo la atención.
¿Te diste cuenta? Jesús fue al lugar donde pasó la mayor parte de su vida, donde vivió muchos años junto a sus papás, María y José. Él se encontraba en la ciudad de Nazareth y estoy segura que estaba muy contento por ir a visitarlos, después de todo, eran parte importante para Él. Sin embargo, fue muy sorprendente que, al llegar y comenzar a enseñarles, empezaron a murmurar cosas de Él. Se cuestionaban, dudaban de quién era y como podía tener mucha sabiduría y poder si para ellos era un simple muchacho. Jesús se puso muy triste y se sintió rechazado al escuchar todos estos malos pensamientos que tenían sobre Él.
Muchas veces nos puede pasar que seamos como estos nazarenos, y se nos haga fácil estar hablando mal de alguien, incluso de personas cercanas, amigos y familiares que nos quieren mucho. ¿Te imaginas como se han de sentir? ¿Qué sentirías de escuchar que hablan mal de ti personas que quieres mucho? ¿Alguna vez te has sentido rechazado? ¿Qué sucedió?
El daño que hacer hablar mal de los demás, murmurar o hacer chismes, es un daño irreparable, nunca podremos borrar las palabras que decimos y muy probablemente el daño que le hicimos a la persona será muy difícil de reparar, por ello es muy importante no hacer sentir mal a los demás, no hablar mal de ellos para que no se sientan rechazados. Hagamos un compromiso y cuidemos lo que decimos para nunca hacer sentir mal a nadie como lo hicieron aquella vez con Jesús.
Juego – *No lo dejes pasar*
Material:
- Globos o calcetines formando una pelota y cinta de cualquier color.
Desarrollo de la actividad:
- El propósito de esta actividad, tiene como fin reflexionar acerca del rechazo que Jesús tuvo al predicar y compararlo con nuestra misión de evangelización.
- En una habitación divide el espacio en dos, colocando una línea de cinta de forma horizontal.
- Divide a los alumnos en dos equipos y pídeles que cada equipo se coloque en una de las mitades del salón.
- Dales la misma cantidad de globos o de pelotas de calcetas.
- El juego consiste en que en 8 minutos deberán de tratar de lanzar todos los globos o calcetas hacia el otro equipo y tratar de quedarse sin ningún elemento de su lado.
- Gana el equipo que tenga menos globos en su mitad del salón.
- Ninguno de los equipos puede cruzar con ninguna parte de su cuerpo, la línea de cinta que delimita el salón.
Reflexión final y cierre
¿Te gustó el juego? ¿Fue fácil o difícil? ¿Qué tenías que hacer para ganar? Para ganar, había que rechazar todas las pelotas que nos mandaban y volverlas a regresar para no tener ninguna de nuestro lado. Imagina que estas pelotas seamos nosotros y lo que queremos es llegar a las personas, pero en cuanto nos ven nos rechazan y no nos dejan estar con ellas.
El día de hoy, Dios quiere invitarte a que no te desanimes, tenemos la misión de evangelizar, de anunciar la buena noticia de parte de Dios. Si has tratado de compartir la palabra con amigos, familiares o cualquier persona que quieres mucho, pero ellos se rehúsan a escucharte… no te preocupes. Jesús fue rechazado en su propia ciudad y nosotros en ocasiones también lo seremos. Pero no te pongas triste y recuerda que Dios está con nosotros y tenemos al alcance el arma más poderosa: la oración.
No dejemos de orar, de pedir valentía y perseverancia para cumplir nuestra misión.
Al terminar, cierra con una pequeña oración:
“Amigo Jesús, te damos gracias por el mensaje que nos has dado hoy. Te pedimos que nos ayudes en el camino de la fe para que seamos siempre buenos con los demás y no los rechacemos con nuestras palabras, pero también te pedimos para que siempre perseveremos en nuestra misión de evangelización a pesar de los rechazos que se nos puedan presentar. Amén.”
Y que todo sea para la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén 😊
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¡Bendecido domingo!