“Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto”

“Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto”

Meditando el evangelio dominical con los niños.

Hola, que gusto saludarte por aquí 😊. Hoy en la solemnidad de la Ascensión del Señor, y precisamente, la liturgia nos sitúa precisamente en los últimos momentos de Jesús con sus discípulos, antes de subir al cielo.

Te animo a que, si decides realizar la reflexión del evangelio con tus niños, te tomes el tiempo suficiente para meditar el evangelio que vas a enseñar (Lucas 24, 46-53) Entra en oración y pide la luz del Espíritu Santo, para que, por medio de su sabiduría, logres guiar a los niños a que descubran su mensaje.

PROPÓSITO: RECORDAR LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR Y RECONOCER LA PROMESA DE JESÚS DEL ENVÍO DEL ESPÍRITU SANTO.

*Juego – Congelados*

Materiales:

  • No es necesario ningún material.

Desarrollo:

  • El propósito de esta actividad tiene como fin reflexionar en las instrucciones que Jesús da a sus discípulos antes de ascender a los cielos.
  • Este juego es el tradicional juego de “congelados”. El juego consiste en dejar que los niños se muevan libremente por el espacio, después tu dirás “CONGELADOS” y ellos deberán de detenerse en la posición en la que estén en ese momento y que darse “congelados” o como “estatuas”. Después de dejarlos un tiempo en esa posición da la señal “SIGUE” para que ya puedan moverse y continuar.
  • Juega varias rondas, puedes poner a alguno de los niños a que ahora sea el que de la instrucción.

NOTA: Si estas en un espacio abierto, tienes muchos niños y crees que tu voz no se escuchará al momento de decir “congelados” puedes unas un silbato para dar la señal o poner música y que, al momento de pararla, sea la señal de permanecer congelados.

Reflexión del evangelio:

¿Les gustó el juego? ¿Qué tenías que hacer? ¿Fue fácil o difícil? ¿Por qué? ¿Cuál era la señal que tenías que esperar para detenerte? Muy bien, tenías que permanecer en tú lugar hasta escuchar la señal de “SIGUE”, que te indicaba que ya podías moverte de nuevo.

En el evangelio de hoy Jesús les da algunas instrucciones a sus discípulos, le dice que permanezcan en un lugar hasta recibir la señal que indicará que ya pueden salir. ¿Te gustaría saber en dónde se tenían que quedar? ¿Qué señal tenían que esperar? ¿Qué fue lo que les dijo? Si quieres conocer lo que sucedió, prepara tu corazón y disponte a escuchar con atención lo que nuestro amigo Jesús nos quiere enseñar hoy.

Es momento de introducir el evangelio dominical, AQUÍ te dejo una opción de cómo puedes introducir el evangelio. Te animo a que puedas hacer ademanes exagerados, mímica y gesticulaciones que llamen la atención de los niños, así como preguntas durante el evangelio, para así seguir manteniendo la atención.

¿Escuchaste? Sucedió algo muy parecido al juego que hicimos hoy, debían permanecer en la ciudad y esperar la señal que vendría de lo alto para poder salir. ¿Cuál crees que era esa señal? ¿Cuál era esa fuerza que iba a bajar de lo alto? La señal era, ¡EL ESPÍRITU SANTO! Los discípulos debían esperar que llegara el Espíritu Santo con ellos para poder salir de la cuidad.

Dinámica reflexiva – *¿Quién sube y quién baja?

Material:

  • Sube y baja o balanza de comparación.

Desarrollo de la actividad:

  • Lo más ideal sería que para esta reflexión, pudieran ir a un parque o algún lugar donde haya un “sube y baja”.
  • Elige a dos niños, trata de elegir a dos niños que tengan pesos contrastantes.
  • Pídele que suba a uno de los extremos del juego, el niño de menos peso y pregunta: ¿Dónde se encuentra? ¿Arriba o abajo?
  • Ahora pídele al niño con mayor peso, que se suba al otro extremo del juego y pregunta: ¿Quién subió? ¿Quién bajó?

Reflexión final y cierre

En el sube y baja, vimos que cuando estaba solo el primer niño, se encontraba abajo, pero ¿qué pasó cuando llegó el otro? ¡Exacto! Subió y el otro quedó abajo. Esto fue también lo que Jesús dijo a sus discípulos, Él iba a subir para que otro bajara, el Espíritu Santo.  Al subir, Jesús enviaría la promesa de su Padre: el Espíritu Santo.

Al subir Jesús, los discípulos regresaron a Jerusalén, a permanecer en la cuidad, como Jesús les indicó, esperando a que llegara el Espíritu Santo para continuar con la misión que tenían encomendada.

Al terminar, cierra con una pequeña oración:

“Amigo Jesús, te damos gracias por siempre permanecer con nosotros, por conocernos y saber lo que necesitamos, por eso envías al Espíritu Santo para renovarnos con su fuerza y amor. Te pedimos que nos ayudes a preparar nuestros corazones para ser un templo la llegada de su Santo Espíritu. Amén.”

Y que todo sea para la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén 😊

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¡Bendecido domingo!



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