Dejen que crezcan juntos hasta el final de la cosecha

Dejen que crezcan juntos hasta el final de la cosecha

Meditando el evangelio dominical con los niños.

Hola, me da mucho gusto saludarte por este medio. 😊 En este domingo, en el evangelio, Jesús presenta tres parábolas distintas en las que podríamos sacar muchísimo provecho de cada una de ellas, trataremos de analizar cada una y dar un pequeño mensaje de ellas para al final concluir en un mismo fin: LLEGAR AL REINO DE LOS CIELOS.

Te animo a que, si decides realizar la reflexión del evangelio con tus niños, te tomes el tiempo suficiente para meditar el evangelio que vas a enseñar (Mateo 13, 24 – 43). Entra en oración y pide la luz del Espíritu Santo, para que, por medio de su sabiduría, logres guiar a los niños a que descubran su mensaje.

PROPÓSITO: CONOCER QUE DIOS TIENE PACIENCIA CON NOSOTROS, PERO NOSOTROS TENEMOS EL DEBER DE HACER EL BIEN EN EL MUNDO PARA LLEGAR AL CIELO.

*Juego: “El semáforo”. (Esta dinámica está basada en el juego de “estatuas de marfil”).

Materiales:

  • Dibujo de un semáforo

Desarrollo de la actividad:

  • Preséntales a los niños la imagen del semáforo y pregúntales ¿cómo se llama?, ¿qué es?, ¿para qué sirve?, ¿qué colores tiene?, etc.
  • Diles que jugarán al “semáforo” y que tendrán la libertad de pasear por toda la habitación pero que cuando tú digas “rojo”, ellos tendrán que detenerse y no moverse para nada, si se mueven pierden. Luego, hasta que tú digas “verde”, ellos podrán moverse otra vez. Y por último, si dices “amarillo” tendrán que ir muy lento.

NOTA: Puedes hacer modificaciones a las instrucciones durante el juego. Por ejemplo, decir: si aplaudo una vez significa “avanza”, si aplaudo dos veces significa “detente” y si hago un sonido con la boca significa “despacio”. También es importante que el momento en que se detienen deberá de ser prolongado para que los niños trabajen la paciencia.

PREGUNTAS REFLEXIVAS: ¿Para que funcionan los semáforos? ¿Qué significa el color rojo? ¿Qué debes de hacer cuando está en amarillo? ¿Y cuando está en verde? ¿Qué pasaría si alguien no se detiene cuando está en rojo?

Reflexión del evangelio:

En el juego que acabamos de hacer, seguimos la función del semáforo, nos movíamos cuando estaba en verde, íbamos despacio cuando estaba en amarillo y nos deteníamos cuando tenía el color rojo. Imagina a una persona que va en su carro y que tiene que llegar rápidamente a un lugar, claro que no quisiera detenerse para poder seguir su camino y llegar lo más pronto posible. Pero, muchas veces es necesario tener que detenerse, y eso le exige ser paciente. Tú igual, cuando estabas jugando veía que querías moverte, pero tenías que quedarte muy quieto porque si no perdías, tenías que ser paciente al esperar a que dijera “verde” para poder moverte de nuevo. La paciencia en ocasiones es difícil de practicar, ¿no es cierto?, ¿qué te hace perder la paciencia?, ¿en qué situaciones crees que si tienes un mejor dominio de la paciencia? (Da tiempo para contestar). Hoy en el evangelio, te darás cuenta de alguien que tiene una paciencia MUY GRANDE y ¿te digo con quién? ¡CON NOSOTROS! Así que pon mucha atención porque en el mensaje de Jesús hay tres parábolas distintas, recuerda que las parábolas son historias que a Jesús le gusta contarnos para enseñarnos algo.

Es momento de introducir el evangelio dominical, AQUÍ te dejo una opción de cómo puedes introducir el evangelio. Te animo a que puedas hacer ademanes exagerados, mímica y gesticulaciones que llamen la atención de los niños, así como preguntas durante el evangelio, para así seguir manteniendo la atención.

Parábola de la cizaña en el campo

En esta historia que nos cuenta Jesús vemos como en un campo, trabajaban unos sembradores y plantaron unas semillas en el campo y una noche, cuando todos estaban dormidos, vino el enemigo y plantó unas semillas malas, cuando comenzaron a crecer, los sembradores se dieron cuenta que estaban creciendo junto con las semillas buenas por lo que le dijeron al dueño del campo que era mejor cortar todo, pero el dueño dijo que no. El dueño del campo quería esperar a que todo creciera, tanto la hierba buena como la hierba mala. Muy distintas sus respuestas, ¿no lo crees?

El dueño quería esperar para después, separar la hierba mala de la buena. Imagina ese campo que es todo el mundo y nosotros nos encontramos en esas semillas sembradas, el dueño que es Dios quiere esperar a que crezca el grano, porque si los arrancan, como decían los sembradores, podrían por accidente también quitar los granos de trigo y ya no dejarlos crecer. ¡Imagina la paciencia que tiene Dios con nosotros! Él dice “esperen” y quiere hacerlo para que podamos crecer y perseverar siendo un fruto bueno y que no nos lleven con la hierba mala.

¡Cuánta paciencia tiene Dios con nosotros! Él cree en nosotros y nos da tiempo para florecer haciendo el bien y no quedarnos con la hierba mala. Para nosotros algo que es a veces imposible como tener paciencia y no enojarnos cuando un bebé no deja de llorar o tener paciencia de tejer con cuidado una bufanda para que nos salga bien. Pero en cambio, para Dios es fácil tenernos paciencia, y por ello, debemos de aprovechar esta muestra de amor y no defraudarlo, seguir dando fruto bueno.

Parábola de la semilla de mostaza

Para esta explicación, dale al niño unas tarjetas que represente algo que al principio es pequeño y después más grande y diles que las acomode en orden cronológico, es decir, de principio a fin. AQUÍ te dejo algunas tarjetas que puedes utilizar. Y después de que las acomoden reflexionen…

Hay algo similar en todos estos procesos que acomodaste ¿sabes qué es? (Da tiempo para contestar). Observa que, al principio todo era muy pequeño y con forme va avanzando se va convirtiendo en algo más grande, ¿cierto?

Así también la semilla de mostaza es mucho más pequeña que las semillas de la sandía, que las de naranja, es muuuuuy pequeña, sin embargo, si siembras y cuidas la semilla de mostaza crecerá tan grande y es de los árboles más grandes de todos. Dios confía en nosotros, es paciente y sabe que nosotros también podemos crecer tan grande como esa semilla, que no solo da frutos, sino que hasta los pajaritos buscan este árbol para hacer sus nidos y vivir en él. Dios quiere también eso con nosotros, que lleguemos a dar mucho fruto y que nuestro fruto sea para el bien de los demás y que, por medio de nuestras buenas obras, el fruto ayude a transformar la vida de los demás. Esto nos ayudará a ir ganándonos el cielo.

Parábola de la levadura

Por último, puedes hacer un experimento para dar a conocer la función que hace la levadura en el pan, y con ello ayudar a entender esta parábola.

*Experimento “Levadura”

Materiales

  • Dos vasos con agua, levadura, azúcar, dos cucharas y dos bolsas de plástico.

Procedimiento

  • En uno de los vasos con agua coloca dos cucharadas de azúcar y dos de levadura y revuelve muy bien con una cuchara. Esta mezcla ponla en una bolsa, amárrala muy bien y déjala reposar.
  • En el otro vaso con agua coloca dos cucharadas de azúcar y revuelve muy bien con otra cuchara, colócala en otra bolsa de plástico, amárrala muy bien y déjala reposar.
  • Puedes ir explicando mientras se realiza el experimento o hacerles preguntas sobre esta parábola y lo que creen que sucederá con las bolsas.

Aquí te dejo un video de lo que va a suceder, aquí solo se muestra lo que pasa con la levadura:

¿Qué le pasó a la bolsa que tiene levadura? ¿Qué le pasó a la que no tiene? (Da tiempo para contestar). La levadura hace que se “esponjen” las cosas, por eso le ponen levadura a la masa del pan, para que el pan se “esponje”. ¿Imagínate un pastel todo aplastado? ¿No se vería muy bonito, cierto? Bueno por eso en la historia de Jesús, la mujer mezcla la levadura con la masa, para que su pan quede muy bonito y esponjado.

Nosotros somos la masa en las manos de Dios y Él está dispuesto a poner toda la levadura que necesitemos para poder “esponjar”.

Reflexión final y cierre

Para finalizar, saca un kilo de frijoles crudos y pídele ayuda al niño para que separe junto contigo los frijoles buenos de los malos y mientras lo hace, ve cerrando el tema.

Como lo vimos antes, Dios es paciente contigo y cree en ti, sabe que a pesar de que eres pequeño tú puedes llegar a dar mucho de ti y ayudar a otros con todo lo bueno que puedes hacer y también te ayuda, pone la levadura para que puedas crecer grande y esponjado, así como un pan con levadura y que no te quedes aplastado como la bolsa sin levadura o un pan sin levadura.

Hoy te invito a que pensemos en lo afortunados que somos de tener un Padre en el cielo que nos ama mucho, que cree en nosotros, que nos tiene mucha paciencia y que nos ayuda a seguir creciendo. Y pensando en todas estas cosas maravillosas de nuestro Padre Dios, pongamos manos a la obra para hacer lo que nos toca: hacer el bien y anunciar a los demás el mensaje de Jesús.

Recuerda también, que Jesús en su evangelio menciona que al final de los tiempos se separarán a los buenos de los malos, así como tú y yo, estamos separando los frijoles buenos de los malos para que los buenos vayan hacia lo que fueron hechos: ser comida que ayude a nutrir nuestro cuerpo. Así también nosotros, si somos buenos, seremos separados y llevados hacia lo que fuimos creados: el Reino de los Cielos. Tenemos un Padre que nos apoya y nos echa porras, porque sabe y quiere que seamos de esos que son separamos para la vida eterna.  

Para finalizar, cierra con una pequeña oración: “Padre Dios, te damos gracias por tu gran amor hacia nosotros, gracias por tu paciencia, por creer en nosotros y ayudarnos a dar lo mejor de nosotros, te pedimos para que nuestros corazones nunca olviden todo esto y que todos los días nos esforcemos en ser fruto bueno”. Amén

Y que todo sea para la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén 😊

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¡Bendecido domingo!



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