“Señor, déjala todavía este año…”

“Señor, déjala todavía este año…”

Hola, que gusto saludarte por aquí 😊. En el evangelio de este tercer domingo de cuaresma, la liturgia nos lleva a reflexionar en la parábola de la higuera estéril. Sin duda esta parábola es un abrazo al corazón pues vemos la intercesión de Jesús y confianza que tiene de que nuestros corazones se conviertan en una vida llena de frutos.

Te animo a que, si decides realizar la reflexión del evangelio con tus niños, te tomes el tiempo suficiente para meditar el evangelio que vas a enseñar (Lucas 13, 1 – 9) Entra en oración y pide la luz del Espíritu Santo, para que, por medio de su sabiduría, logres guiar a los niños a que descubran su mensaje.

PROPÓSITO: RECONOCER LA INTERCESION DE JESÚS Y SU CONFIANZA EN NUESTRA CONVERSIÓN. IMITAR LA PACIENCIA DE DIOS PARA CON LOS DEMÁS.

*Dinámica Reflexiva – “La higuera”

Materiales:

  • Higos, cuchillo, dibujo de un árbol con hojas pero sin fruto, cinta.

Desarrollo:

  • El propósito de esta actividad tiene como fin dar introducción a la parábola de la higuera.
  • Prepara previamente los materiales.
  • Sienta a todos los niños frente a ti y enséñales el higo que traes. Pregúntales si saben que fruta es, si alguna vez la habían visto antes, si saben como es por dentro, si saben a qué sabe, etc. Puedes prestarlo para que todos lo vean, después pártelo para que todos lo puedan ver por dentro y si puedes, dales a probar también.
  • Después pregunta si saben de dónde se obtienen y diles: “Los higos salen de un árbol que llaman higuera, precisamente porque produce los higos. Crece, le salen sus hojas y después produce su fruto: los higos”
  • Pega el dibujo del árbol sin frutos y pregunta: ¿Qué observas en la imagen? ¿Qué tipo de árbol crees que sea? ¿Tiene frutos? ¿Por qué crees que no tenga?

Reflexión del evangelio:

En el evangelio de hoy, Jesús enseña a sus amigos con una nueva parábola, y en este cuento aparece un árbol como este ¡Sin frutos! ¿Qué crees que nos quiere enseñar Jesús con un árbol como este? ¿Quieres saber que sucede en la historia? Si quieres saberlo, prepara tu corazón y disponte a escuchar con atención lo que nuestro amigo Jesús nos quiere enseñar hoy.

Es momento de introducir el evangelio dominical, AQUÍ te dejo una opción de cómo puedes introducir el evangelio. Te animo a que puedas hacer ademanes exagerados, mímica y gesticulaciones que llamen la atención de los niños, así como preguntas durante el evangelio, para así seguir manteniendo la atención.

En la historia que hoy nos relata Jesús, aparecen varios personajes y elementos importantes: El dueño del jardín, el jardinero y la higuera sin higos. El dueño del jardín es Dios, el jardinero es Jesús y la higuera, somos todos nosotros.

La higuera estaba sembrada en el jardín con el fin de dar fruto y así muchos pudieran comer de los higos que diera, pero en cambio, no daba ni siquiera uno. Nosotros estamos cerca de Dios y Él espera que compartamos ese amor y alegría con los demás para así dar frutos de amor. Jesús nos ama tanto y nos echa muchas porras pues confía en que nosotros daremos muchos frutos. Piensa… ¿Tu eres una higuera con higos o eres una higuera que no da higos? ¿Compartes con los demás la alegría y el amor de Dios? ¿Ayudas a los demás? ¿Tus acciones son frutos del amor?

Dinámica continua – *La higuera que da fruto*

Material:

  • Dibujo de un árbol con hojas pero sin fruto, dibujos de higos para pegar en el árbol, plumones, cinta.

Desarrollo de la actividad:

  • Los niños deberán estar alrededor o frente a la imagen del árbol sin fruto. Diles: “No decepcionemos a nuestro amigo Jesús y aprovechemos la gran oportunidad que nos regala de seguir en el jardín bajo su cuidado para dar frutos de amor”.
  • ¿Qué podemos hacer para dar frutos? ¿Qué acciones son fruto del amor? ¿Qué fruto te comprometes a dar esta semana? ¿Y la siguiente? ¿Cuál agregarías?
  • Dales el dibujo de un higo y pídeles que escriban una acción para llenar de frutos la higuera.
  • Al terminar pasaran a pegar los higos en la higuera.

Reflexión final y cierre

¡Seamos higueras que dan frutos! Comencemos con una esta semana y vamos agregando una la próxima semana, y luego la que sigue otra, hasta que nuestro corazón este repleto de frutos del amor. Dios espera venir y encontrar frutos, por ello, nos deja en las mejores manos: las de su hijo Jesús. Pidamos su ayuda y aprovechemos este tiempo de cuaresma para llenar nuestros corazones del amor de Dios.

Al terminar, cierra con una pequeña oración:

“Amigo Jesús, te damos gracias por enseñarnos a través de la parábola de le higuera, nosotros queremos ser higueras que dan mucho fruto, por eso te pedimos que nos ayudes a que todos los días nos esforcemos por dar frutos de amor. Gracias por creer y confiar en nosotros. Amén”

Y que todo sea para la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén 😊

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¡Bendecido domingo!



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